Una empresa valenciana de ecológicos aspira a convertirse en la mejor minorista orgánica de la UE

Saifresc, la empresa valenciana de ecológicos que puede convertirse en la mejor de la UE

Cultivos de Saifresc. Efeagro/ Cedida por la empresa

Madrid (EuroEFE).- Han pasado varias crisis, visto cómo el mercado cambia y vivido en primera persona los efectos del clima, pero los productores de la empresa valenciana de alimentos ecológicos Saifresc no han tirado la toalla y han luchado hasta llegar a ser uno de los mejores distribuidores minoristas europeos.

Esta empresa de Catarroja (Valencia) es una de las tres entidades nominadas en la categoría «Best Organic Food Retailer» (Mejor minorista de alimentos orgánicos) de los Premios a los Alimentos Orgánicos de la Unión Europea (UE), que se resolverá el próximo 23 de septiembre.

La intención de este galardón es, según la Comisión Europea (CE), reconocer la excelencia en la cadena de valor y concienciar a la población sobre los beneficios de la producción ecológica.

Saifresc, creada en 2012 por tres socios, ha atravesado «diferentes crisis económicas«, ha vivido periodos de inflación, sufrido las consecuencias del cambio climático y tratado de hacerse hueco en un sector pujante, según explican sus socios a EFE.

En la actualidad, cuentan con 27 empleados durante todo el año, aunque la cifra varía según la temporada y los cultivos, y se han convertido en los proveedores de una veintena de tiendas valencianas.

Hijos de agricultores

La primera premisa que pone sobre la mesa el socio de Saifresc Julio Quilis al hablar sobre la firma es que todos los que forman parte de ella son «hijos de agricultores», formados en carreras técnicas agrícolas.

«Poco a poco y con nuestro dinero, hemos recuperado el campo de nuestros padres, hemos vuelto a poner en marcha sus maquinarias y ahora cultivamos mucha diversidad de productos», detalló Quilis a EFE.

Desde el comienzo tuvieron claro que, para diferenciarse del resto de productores de la zona, era necesarias unas características distintivas, y optaron por cultivar los mismos alimentos que sus padres pero de forma ecológica: champiñones, habas y ajos secos, naranjas, frutas de hueso, kiwi, tomates, calabacín y más de diez plantas aromáticas, entre otros.

Producción respetuosa

El conocimiento previo de cómo funciona el sector también les ha empujado a querer hacer su trabajo de forma respetuosa, tanto con el medio ambiente como con sus trabajadores.

«Tenemos mucha necesidad de mano de obra, nos apoyamos mucho en la gente de la zona», aseguró Quilis, tras subrayar que la empresa cumple todos los derechos laborales, los salarios según convenios y las medidas de seguridad.

Y defendió llevar a la práctica las normativas medioambientales puestas en marcha por la Unión Europea, ya que la actividad agraria «no tiene por qué contaminar«.

Según remarca, los tres socios querían que su forma de producir «mantuviera el respecto hacia el medioambiente», ya que en su opinión, en otras zonas de la región, el excesivo uso de fertilizantes ha llevado a contaminar los acuíferos.

En lo que se refiere al precio, apuntó que esas medidas con el medio ambiente y sus trabajadores no tienen por qué repercutir a los consumidores.

Los productos ecológicos «tienen que tener un precio asequible«, ya que si no es así «no habrá forma de que parte de la población añada este tipo de alimentos a su cesta de la compra habitual, defendió: «Nos hemos esforzado mucho en mejorar el proceso productivo para conseguir un precio justo, siempre respetando todas las normativas».

De la universidad al campo

Los tres socios salieron del campo siendo jóvenes para estudiar una carrera técnica agrícola y de ahí volvieron a las cooperativas de la zona; un bagaje que les ha llevado a no dejar nunca de formarse y mantener el contacto con el ámbito educativo dentro de la actividad de Saifresc a través, por ejemplo, de talleres en centros de capacitación agrícolas.

La intención de este grupo de productores, según Quilis, es demostrar que la producción ecológica puede ser un modelo productivo viable económicamente, del que «se puede vivir» y con el que se respeta el medioambiente y se crea un entorno laboral para los vecinos de la zona.

Y estar entre los tres nominados a mejor retailer europeo de ecológico es un «empujoncito» para mostrar al resto de la sociedad el trabajo que están haciendo y la calidad gastronómica de los productos ecológicos, ha añadido.

A los mismos premios está nominado, además, el municipio de Las Rozas (Comunidad de Madrid), en la categoría de mejor ciudad orgánica, que el año pasado fue a parar a Viena.

Editado por Lucía Leal