Las lenguas cooficiales españolas reclaman su sitio en las instituciones europeas

Las lenguas cooficiales españolas reclaman su sitio en las instituciones europeas

Imagen de archivo de un libro en catalán. EFE/Alejandro García

Santiago de Compostela (España) / Bruselas (EuroEFE).- En el Día Europeo de las Lenguas, legisladores españoles reclaman a las instituciones europeas que trabajen para reconocer el uso y la oficialidad de lenguas como el gallego, el catalán, el valenciano o el euskera, que hablan más de diez millones de personas en el continente.

Actualmente, la Unión Europea reconoce 24 lenguas como oficiales, que pueden, por tanto, ser usadas como lenguas de trabajo en el Parlamento Europeo.

Algunas de ellas son muy populares, como el inglés, el francés o el alemán; mientras que otras como el irlandés -con aproximadamente 1,8 millones de hablantes-, el letón -1,5 millones- o el maltés -algo más de 500.000- gozan de menos extensión.

 

En cambio, las lenguas cooficiales españolas aún no han obtenido el reconocimiento de lenguas oficiales en la UE.

A pesar de que el catalán cuenta con 5,3 millones de hablantes, el valenciano con 2,4 millones, el gallego con más 2,2 millones, y el euskera con algo más de 1,1 millones, no existe unanimidad entre los Estados miembros de la UE para conseguir la oficialidad.

Asunto prioritario para España

Esta misma semana, el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, se ha dirigido de nuevo por carta a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, para que permita el uso del catalán, euskera y gallego en la UE, al tratarse de un asunto «prioritario» para España.

Después de las cartas enviadas a la presidenta en septiembre de 2022 y marzo de 2024, Albares solicita por tercera vez que se puedan utilizar las lenguas cooficiales en la Eurocámara, subrayando que se trata de «un elemento esencial de la identidad nacional española».

La posibilidad del uso de estas lenguas responde exclusivamente a la decisión de la Mesa del Parlamento Europeo, presidida por Metsola, de la familia del Partido Popular Europeo.

En España, tanto los socialistas como la izquierda y los nacionalistas apoyan la iniciativa, partidos que se integran en hasta cuatro de las familias políticas en la Eurocámara (Los Socialdemócratas, The Lefts, Verdes/Alianza Libre Europea, y Renew Europe).

Aunque la oficialidad del gallego, el catalán, el euskera o el valenciano debe decidirse en el Consejo de la UE y tiene que aprobarse por unanimidad de los Estados miembros, el uso de estas lenguas en el Parlamento europeo sería «un avance» en el camino de la normalización, sostiene la diputada Ana Miranda, del Bloque Nacionalista Gallego.

De momento, la UE permite el uso de lenguas cooficiales regionales en determinadas circunstancias -a través de acuerdos especiales suscritos entre distintas instituciones europeas con el Gobierno español-, por lo que pueden utilizarse para traducción de documentos oficiales o para que los ciudadanos puedan comunicarse con las instituciones.

En el Parlamento, las intervenciones orales por parte de los eurodiputados siguen sin estar contempladas.

Intervención en catalán

Con motivo del Día Europeo de las Lenguas, el ministro español de Industria y Turismo, Jordi Hereu, intervino este jueves en catalán durante una reunión en Bruselas con sus homólogos de la UE dedicada al desafío de la reindustrialización del bloque para reivindicar el uso de las lenguas cooficiales en las instituciones comunitarias.

 

Hereu ha optado por hablar en su lengua materna y es el segundo en hacerlo después de que José Montilla, entonces ministro de Industria, también lo utilizara en 2005 en otro Consejo de Competitividad.

«Utilizaré el catalán, que es mi lengua materna», anunció al inicio de un discurso en el que defendió que el club se enfrenta a «desafíos sin precedentes» que hacen «crucial» la necesidad de reforzar su competitividad global.

El titular español de Industria, recuerdan fuentes diplomáticas, fue el primero en responder en catalán en una sesión de control en el Congreso y su decisión «entronca con la petición de España de que gallego, vasco y catalán lleguen a ser oficiales en la UE».

Editado por Miriam Burgués