Ariane 6, listo para devolver a Europa su autonomía de lanzamiento al espacio

El nuevo Ariane 6, listo para devolver a Europa su autonomía de lanzamiento al espacio

Vista del cohete Ariane 6 de la Agencia Espacial Europea, que se lanzará al espacio desde el puerto espacial europeo de la Guayana Francesa este 9 de julio de 2024. EFE

Kurú (Guayana Francesa) (EuroEFE).- El nuevo Ariane 6 realizará este martes su despegue inaugural desde el puerto espacial de la Guayana Francesa, un cohete que pone el acento en la versatilidad y con el que Europa quiere recuperar su capacidad de lanzamiento independiente al espacio.

El cohete está ya listo en el puerto espacial europeo de Kurú y la Agencia Espacial Europea (ESA), responsable de este primer vuelo, ha previsto una ventana de lanzamiento entre las 15.00 y las 19.00 hora local (18.00-22.00 hora GMT).

El vuelo inaugural durará 2 horas y 51 minutos, desde el encendido del motor Vulcain 2.1 hasta la maniobra para desechar la cápsula.

En caso de retraso, por motivos técnicos o meteorológicos, podrá volver a intentarse 24 o 48 horas después, dependiendo de si ya ha cargado el combustible.

Un vuelo inaugural «tiene su desconocimiento», ya que «hay una parte que no sabes cómo puede funcionar el sistema completo, pero se han hecho todos los ensayos que se podían hacer y ahora toca pasar por esto, entusiasmados, con ganas y mucha confianza», explicó a EFE el responsable de estructuras de Ariane 6, Matías Fernández Valbuena.

Llevar hasta la rampa de despegue a Ariane 6 ha sido un proyecto de diez años: la ESA le dio luz verde en 2014 y el primer vuelo estaba previsto para julio de 2020, pero fue acumulando retrasos, tanto por problemas a resolver como por circunstancias como la covid-19.

Fue un periodo «muy largo y muy intenso», recordó Fernández Valbuena, un ingeniero leonés cuya implicación en el nuevo cohete comenzó un par de años antes de la aprobación, pues hubo que hacer estudios de viabilidad.

Un proyecto en el que se han involucrado 13 países europeos, entre ellos España con una contribución al programa del 4,7 %; Francia (55,6 %), Alemania (20,8 %) o Italia (7,7 %), además de unas 600 empresas del continente.

Ariane 6 transporta 17 ‘pasajeros’, entre satélites, dispositivos de despliegue o experimentos, dos de ellos españoles: el dispensador de satélites RAMI, de la gallega UARX Space, y el cubesat (satélite de pequeño tamaño) 3Cat-4 de la Universidad Politécnica de Cataluña, que entre otras funciones medirá diversos fenómenos meteorológicos y climáticos desde el espacio.

Además, lleva el experimento CURIE de la Nasa, que medirá las ondas de radio procedentes del Sol y de otras fuentes radioeléctricas en el cielo, así como un satélite de agricultura inteligente y dos cápsulas de reentrada a la atmósfera terrestre para probar nuevos materiales.

Acceso al espacio

La ESA ‘jubiló’ Ariane 5 hace ahora un año y la guerra de Ucrania llevó a Europa, en 2022, a cortar su colaboración con la agencia espacial rusa Roscosmos, con cuyos lanzadores Soyuz contaba para cubrir el tiempo hasta la puesta en marcha en Ariane 6. Además, su cohete Vega C permanece en tierra desde que ese mismo año fracasara su primera misión comercial.

Todo ello generó una ‘crisis de lanzadores’ para la ESA en un momento en que la competencia en el sector está creciendo y que obligó a Europa a lanzar algunas de sus misiones institucionales, que no podían esperar, con la estadounidense SpaceX.

Con Ariane 6, Europa recupera su acceso independiente al espacio, un sector fundamental por sus aplicaciones en la vida diaria y estratégico para los Estados, explicó en una reciente presentación a la prensa la responsable de estrategia de transporte espacial y vuelos institucionales de la ESA, Lucía Linares.

Sus puntos fuertes son la versatilidad y la adaptabilidad, que permite una reducción de costes y responder más rápido a la evolución del mercado, cada vez más activo en las nuevas constelaciones de satélites frente a los satélites geoestacionarios, que son una tendencia a la baja, detalló.

Un cohete, dos versiones

El nuevo lanzador, más modular, tiene dos versiones: Ariane 62, la que se lanzará este martes, con dos propulsores, que brindan el empuje principal durante el despegue y 56 metros de altura, y Ariane 64, que incluye cuatro propulsores, mide 62 metros y empezará a volar el año que viene.

Así, tendrá flexibilidad para lanzar cargas pesadas y ligeras a una amplia gama de órbitas para aplicaciones como la observación de la Tierra, las telecomunicaciones, la meteorología, la ciencia y la navegación.

Entre sus mayores innovaciones, la etapa superior del cohete con su motor Vinci, que puede reiniciarse hasta cuatro veces y la unidad de potencia auxiliar (APU) que le sirve de apoyo y, si es necesario, ayuda al despliegue de los satélites, explicó Fernández Valbuena.

Al poder encenderse hasta cuatro veces, aunque en el vuelo inaugural lo hará tres, se pueden lanzar misiones con varias cargas útiles y colocarlas en diferentes órbitas. En todos los lanzamientos, el último encendido estará destinado a sacar de órbita la etapa superior del cohete.

El objetivo es que se queme en la reentrada a la Tierra o que se traslade a un órbita cementerio, para evitar generar más basura espacial. Sin embargo, Ariane 6 no es un cohete concebido para que su primera etapa pueda ser recuperada y reutilizada, como sí sucede con el Falcon 9 de SpaceX.

30 misiones reservadas

Este lanzamiento inaugural está bajo responsabilidad de la ESA, tras lo que Arianespace será el proveedor de los servicios de lanzamiento, para misiones institucionales y comerciales.

De momento, ya hay 30 misiones en el listado de proyectos. La previsión es que a finales de año haya un segundo vuelo; cuatro en 2025; ocho en 2026 y 10 para 2027.

Arianespace ha firmado ya 18 lanzamientos para el despliegue de la constelación de internet satelital Kuiper de Amazon y también se usará para satélites del sistema europeo de posicionamiento Galileo.

Linares recordó que el principal objetivo del lanzador es garantizar el acceso al espacio para las misiones institucionales europeas y de sus países miembros.

Editado por Lucía Leal