París (EuroEFE).- El segundo vuelo del nuevo cohete europeo Ariane 6 y la reanudación de las operaciones de Vega C se producirán «a finales de año», mientras que en septiembre despegará la versión anterior de ese último cohete para poner en órbita un satélite europeo Sentinel de observación de la Tierra.
Así lo confirmaron este miércoles la Agencia Espacial Europea (ESA) y Arianespace, a pesar de que aún no han aclarado qué provocó que hubiera un fallo en el vuelo inaugural de Ariane 6, el pasado 9 de julio.
En un comunicado, la ESA subrayó que «el comportamiento de Ariane 6» en ese lanzamiento «ha dado a los equipos una gran confianza en la validez y en las previsiones del manual de utilización en lo que afecta al entorno dinámico generado por las cargas útiles embarcadas».
En concreto, la separación de todos los satélites que la lanzadera tenía que poner en órbita se produjo «con precisión» y la base de lanzamiento de Kurú, en la Guayana francesa, quedó «en buenas condiciones después del despegue», es decir que «resistió al nivel muy elevado de cargas térmicas y dinámicas» de la operación.
El problema es que, una vez que los satélites fueron propulsados en dirección de sus respectivas órbitas, la unidad de potencia auxiliar (UPA) que está en la parte superior del cohete se encendió una segunda vez, como estaba previsto, pero se apagó inmediatamente «por razones que todavía están siendo investigadas«.
Eso supuso que el motor Vinci no pudiera activarse por tercera vez para que la parte superior fuera desorbitada y se dirigiera a la atmósfera para desintegrarse allí.
No obstante, el comportamiento de Ariane 6 se ajustó a lo que estaba programado en caso de que se diera ese escenario, y no se liberaron las dos cápsulas «para evitar la creación de residuos espaciales suplementarios».
La conclusión de la ESA, ArianeGroup, Arianespace y el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES) es que con el «éxito» de la secuencia completa, «Ariane 6 demuestra un funcionamiento óptimo» en su modo de anticipación de incidentes.
Ariane 6 cuenta con la participación de 13 países de la ESA, entre ellos España (4,7 %); Francia (55,6 %), Alemania (20,8 %) o Italia (7,7 %) y la implicación de unas 600 empresas europeas, incluidas varias españolas.
Europe is back in space with its own launch capability.
Summary of the first #Ariane6 launch, and next milestones: https://t.co/YaeiDaqwyf pic.twitter.com/5uBLaFRozC
— ESA Space Transport (@ESA_transport) July 31, 2024
El Vega volverá a volar casi un año después
Por otra parte, Arianespace anunció que un cohete Vega despegará de la base guyanesa de Kurú a la 01:50 GMT del 4 de septiembre (3 de septiembre en hora local) para lanzar el satélite europeo Sentinel-2C de observación de la Tierra a una órbita sincrónica solar a una altitud de unos 780 kilómetros.
Ese lanzamiento se producirá casi un año después del último vuelo de un Vega, un cohete europeo para cargas pequeñas que es complementario del Ariane 6 y cuyo último despegue se produjo el 9 de octubre de 2023, cargado con dos satélites, uno tailandés y otro de Taiwán.
Arianespace aseguró además que a finales de este año «volverá a volar» la nueva versión de ese cohete, el Vega C, que es más potente (puede poner en órbita 2,3 toneladas, frente a las 1,5 toneladas actuales) pero que fracasó en el que era su segundo lanzamiento y el primero con carácter comercial, el pasado 20 de diciembre de 2022.
La segunda fase de la lanzadera sufrió una complicación técnica que desvió al cohete de su trayectoria, por lo que el control de misión activó el sistema de autodestrucción.
Launch date announced! 🚨
The @CopernicusEU Sentinel-2C satellite will be launched by a Vega launcher on 4 September 2024, 02:50 BST/03:50 CEST (3 September, 22:50 local time) from Kourou, French Guiana.https://t.co/p8usyy5WKW pic.twitter.com/Wz0HZ0IfHe
— ESA Earth Observation (@ESA_EO) July 31, 2024
El satélite Sentinel, que lanzará el cohete Vega en su misión de septiembre, forma parte del programa Copernicus de la Comisión Europea para la observación de la Tierra, y está dotado con capacidades de imagen multiespectral de alta resolución y de amplio espectro para su uso en aplicaciones de agricultura, vigilancia de la calidad del agua, gestión de catástrofes naturales (como incendios o inundaciones) o detección de emisiones de metano.
Las imágenes o datos recopilados, que detectan el tipo de cultivo y determinan variables biofísicas como el área que ocupan las hojas, permiten controlar el estado de las plantas, predecir el rendimiento y proceder a intervenciones de precisión.
Recuperar la autonomía en el espacio
El Vega C es un lanzador de tamaño mediano que promete ampliar la autonomía de Europa en el espacio al facilitar nuevas posibilidades para las misiones, incluidas las operaciones de retorno a la Tierra con el vehículo de reentrada reutilizable Space Rider de la ESA.
Por su parte, Ariane 6 ha entrado en servicio con cuatro años de retraso respecto al calendario inicialmente previsto, y eso ha supuesto que Europa no ha tenido capacidades propias para realizar misiones espaciales durante mucho tiempo, en particular para poner satélites en órbita.
Su antecesor Ariane 5 dejó de lanzarse hace ya un año, y el pequeño cohete europeo Vega C sigue sin volar tras el fracaso de su primera misión comercial.
A eso hay que añadir el fin de la colaboración con la agencia espacial rusa Roscosmos en 2020, por la guerra de Ucrania, que se tradujo en que sus lanzadores Soyuz han dejado de estar operados por Arianespace desde la base de Kurú, en la Guayana francesa.
Todo ello generó una ‘crisis de lanzaderas’ para la ESA en un momento en que la competencia en el sector está creciendo, y que obligó a Europa a lanzar algunas de sus misiones institucionales, que no podían esperar, con la estadounidense SpaceX.
Editado por Lucía Leal