Estocolmo (EA.com)/EuroEFE (Madrid).- Los socialdemócratas, en el gobierno de Suecia, no han tratado adecuadamente el delicado asunto de una posible adhesión del país escandinavo a la OTAN, un ingreso que podría contribuir a incrementar las tensiones en el norte de Europa y que, por ello, requiere un debate democrático mucho más profundo, según ha asegurado Malin Björk, eurodiputada sueca del grupo de la izquierda europea, en entrevista con la red EURACTIV, socio de EFE.
“Estoy muy sorprendida de cómo el Partido Socialdemócrata está gestionando este asunto desde el punto de vista (del debate) democrático», subrayó Björk, también miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo.
Björk es militante del Partido de la Izquierda sueco, uno de los pocos partidos del Riksdag (parlamento) que se opone a la adhesión a la OTAN.
En sus plabras, la gestión del Partido Socialdemócrata en el debate nacional sobre la conveniencia o no de la adhesión a la OTAN debería hacer saltar todas las “alarmas democráticas”.
«El alineamiento o no alineamiento militar de Suecia se decidirá a través de unas cuantas reuniones por Zoom. Creo que no es democráticamente responsable», subrayó Björk.
La eurodiputada se refería a una reunión de la junta directiva del partido sobre su política en relación a la OTAN que los socialdemócratas tienen previsto celebrar en torno al 15 de mayo, según ha explicado el secretario del partido, Tobias Baudin.
En caso de que el partido adopte una posición favorable a la adhesión a la OTAN, Suecia podría solicitar el ingreso en la Alianza y convertirse en miembro del pacto militar en las dos semanas siguientes, según ha dejado entrever el primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre.
Sin embargo, no está prevista la celebración de ningún referéndum en el país, algo que Björk y su partido lamentan. El pasado 28 de abril, el líder del Partido de la Izquierda, Nooshi Dadgostar, pidió que se celebrara una consulta popular sobre la cuestión después de las elecciones de otoño, mucho más tarde que la decisión finlandesa-sueca sobre su adhesión a la OTAN, prevista para esta misma semana.
«Creo que merece (tener) su propio proceso democrático, su propio debate y su propio espacio político y democrático», subrayó Björk sobre el tema de la adhesión, al tiempo que añadió que su formación política respetará el resultado de un referéndum si este finalmente se celebra, pero que «su ausencia es una señal muy preocupante».
En ese sentido, la eurodiputada expresó su preocupación por el hecho de que no convocar un referéndum sobre la cuestión pueda contribuir a “hacerle el juego político” al presidente ruso, Vladimir Putin. «Se trata de salvaguardar los procesos democráticos y no ceder ante Putin. No se trata sólo de las armas, sino de qué tipo de sociedad somos», subrayó.
FUERTE OPOSICIÓN
El Partido de la Izquierda Sueca está tradicionalmente apegado al estatus de neutralidad del país escandinavo y se opone radicalmente a un ingreso en la OTAN.
Según el manifiesto del partido, una adhesión a la OTAN dificultaría que el país pueda desarrollar una política exterior independiente y creíble, al tiempo que se correría el riesgo de verse obligado a tomar parte en guerras y conflictos en los que Suecia no quiere participar.
«Formar parte de la OTAN no aumentará nuestra seguridad, ni a corto ni a largo plazo», destacó Björk, quien añadió: «estaremos ligados a otros conflictos que no son necesariamente nuestros».
Según la eurodiputada sueca, la adhesión de Suecia a la OTAN supondría un aumento de las tensiones del que no se beneficiarían ni Suecia ni Europa.
«Conllevaría una carrera armamentística (y el potencial recurso) a las armas nucleares. Eso es algo no se puede esquivar», subrayó. Sería, agregó, como poner a Suecia en el camino y en la dialéctica de la «destrucción mutua».
Suecia, subraya Björk, debe tener una política exterior independiente.
«Lo mejor para nuestra seguridad es tomar decisiones independientes que se basen en las necesidades de seguridad de Suecia», explicó. Por otra parte, aseguró que el país escandinavo debería potenciar la colaboración con los Estados democráticos, lo que, a su juicio, dificulta la pertenencia a la OTAN.
«La OTAN equivale a colaborar con (el primer ministro húngaro, Viktor) Orbán y con Estados Unidos, que por el momento están liderados por los demócratas, pero podrían volver a tener a Trump o algo peor», comentó. La UE será más fuerte si no pertenece a una alianza militar, ya que podría «defender realmente los valores de los derechos democráticos y fundamentales en los que creemos.»
CONTRA PUTIN
A pesar de que su partido se opone a la entrada en la OTAN, Björk negó cualquier apoyo a la Rusia de Putin, una etiqueta que calificó de «rumores políticos» y de «tonterías» que algunos pretenden atribuir a su formación.
«Todos estamos alarmados y preocupados por la deriva militar y autoritaria de Putin, y hemos sido muy claros en nuestras críticas», subrayó, al tiempo que dejó claro que mantener una postura anti-OTAN no equivale a apoyar o incluso a tener afinidad con el Kremlin.
«El Partido de la Izquierda Sueca ha sido muy claro en su posición sobre el régimen autoritario de Putin y lo ha denunciado, y hemos pedido sanciones muy duras», argumentó, y recordó que su partido denunció la ocupación rusa de Crimea en 2014 y apoyó las sanciones adoptadas contra Moscú.
En su opinión, esas críticas, en el contexto del debate sobre la adhesión a la OTAN, ponen en evidencia “lo pequeño y limitado que ha quedado el espacio para el debate democrático» en Suecia.
Editado por F.Heller