Madrid (EuroEFE).- Por lo que permite, y por lo que prohíbe, el reglamento europeo de Inteligencia Artificial (IA) que entra en vigor este jueves es, según los expertos, trascendental para las empresas que utilizan sistemas basados en esta tecnología emergente, que se deben adaptar al nuevo marco y que se enfrentan a sanciones millonarias si incumplen.
Es la primera ley del mundo que regula una tecnología presente ya en todos los ámbitos de la sociedad y que está generando numerosos beneficios, pero que arrastra también múltiples riesgos que este reglamento quiere atajar, y para ello regula su uso en función de la amenaza que suponga para las personas o para la sociedad.
Frente a quienes alertan de que la Unión Europea (UE) pierde el tren de las tecnologías más disruptivas e innovadoras como la inteligencia artificial ante gigantes como Estados Unidos o China, el reglamento europeo pone el foco en la importancia de impulsar y robustecer a la industria europea y en la necesidad de estimular las inversiones y la innovación en este campo en todos los países europeos.
«Desafíos y oportunidades» para las empresas
La nueva ley europea, cuya implementación no será plena hasta 2026 o 2027, incide en la importancia de que los sistemas de inteligencia artificial que se utilicen en la UE sean seguros y respeten los derechos de las personas y establece diferentes niveles de riesgo: los mínimos, los limitados, los altos y los «inaceptables», de los cuales los dos últimos serán los más estrechamente vigilados.
Más allá de su impacto en las personas, la norma promete tener importantes repercusiones para las empresas y muchos de los servicios que prestan a los ciudadanos.
La consultora CE Consulting, especializada en el asesoramiento a pequeñas y medianas empresas, ha observado que la norma europea va a tener un impacto fiscal sobre muchas empresas, importantes implicaciones laborales para garantizar la formación de los empleados en el ámbito de la IA, y va a requerir un profundo conocimiento jurídico para evitar las sanciones y asegurar la adecuada gestión de los datos y de la privacidad.
Víctor Millán, abogado de esta consultora, dijo a EFE que las empresas tratarán de realizar todo tipo de estrategias de optimización fiscal, y con ese objetivo buscarán incentivos fiscales y subvenciones para el desarrollo e implementación de sistemas de inteligencia artificial, o invertirán en formación y reciclaje profesional para que sus empleados se adapten a los cambios tecnológicos y asegurar un uso «seguro y ético» de éstos.
A su juicio, la nueva ley presenta para las empresas «desafíos y oportunidades«, porque fomenta la innovación «responsable» e incentiva a las empresas a desarrollar tecnologías basadas en la inteligencia artificial «siempre que sean éticas y seguras», pero establece un marco regulador «riguroso«.
Sesgos algorítmicos, discriminación y falta de transparencia
La consultora tecnológica internacional Entengy, presente en varios países de Europa y América, recalca que aunque la mayoría de la población conoce la existencia de este nuevo reglamento europeo, sólo un porcentaje mínimo -que cifra en el 7 por ciento- conoce cómo le va a afectar la nueva regulación.
La inteligencia artificial ha avanzado a pasos agigantados, transformado la sociedad y generado grandes oportunidades, pero también preocupaciones sobre privacidad, seguridad y ética, debido a la proliferación de aplicaciones sin una supervisión adecuada que exponen vulnerabilidades como los «sesgos algorítmicos«, la discriminación o la falta de transparencia, subraya la consultora.
Eso tendrá un impacto en las empresas proveedoras de IA, que deben modificar sus procesos para cumplir la nueva norma, lo que implicará hacer evaluaciones exhaustivas de riesgos, asegurar la conformidad con los requisitos técnicos y de transparencia, e incorporar principios éticos y de seguridad en todas las fases del desarrollo de sistemas de IA.
Para Entengy, es probable que el nuevo reglamento europeo, al garantizar la protección de los derechos fundamentales y mejorar la seguridad de las aplicaciones de IA, fomente la confianza de los ciudadanos en las tecnologías emergentes.
Además, auguran que la influencia de la norma se extenderá a todo el mundo, ya que todas las empresas que operan a nivel global deberán adaptarse a este marco para operar en el mercado europeo, lo que incentivará la adopción de prácticas más responsables a nivel global.
Líneas rojas, lagunas y fallos
En el mismo sentido, la empresa Enreach, especializada en servicios de comunicaciones como la automatización de la atención al cliente, incide en cómo la inteligencia artificial puede ser un aliado perfecto de las empresas para atender a sus clientes a través de múltiples disciplinas como el «aprendizaje automático», el «procesamiento del lenguaje natural» o la IA generativa.
La Federación de Consumidores y Usuarios CECU, por su parte, valora las «líneas rojas» que incluye el Reglamento, aunque considera que no protege adecuadamente a las personas porque tiene «lagunas y fallos» y deja fuera de la regulación la mayoría de los algoritmos que se usan en la actualidad y que permiten discriminar a unas personas frente a otras, o los que permiten hacer un perfilado de los consumidores.
Editado por Lucía Leal