Bruselas (EuroEFE).- Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) inician una reunión de dos días en Budapest que se desarrollará a medio gas por los recelos que ha generado el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán al estrenar este verano la presidencia de turno del bloque con una visita a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin
El desafío que el líder ultranacionalista húngaro planteó al club tras su cercanía con el Kremlin levantó las críticas de muchos Estados miembros y algunos de ellos, como por ejemplo Suecia, ya anunciaron que no acudiría a las reuniones ministeriales organizadas por Budapest.
La Comisión Europea afirmó poco después que se sumaría al boicot y, por tanto no estarán presentes ni el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, ni el comisario de Economía, Paolo Gentiloni en una cita a la que tradicionalmente acuden la gran mayoría de ministros pero que en esta ocasión contará solo con una decena de ellos.
En el caso de España, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, no asistirá debido a que el viernes 13 tiene que comparecer ante la comisión mixta Congreso-Senado para la UE, por lo que será la secretaria del Tesoro, Paula Conthe, quien participará.
Entre las grandes economías de la UE, solo estará representada a nivel ministerial Italia, mientras que el titular alemán de Finanzas, Christian Lindner, no acudirá por coincidir con la negociación presupuestaria en su país, y el francés Bruno Le Maire ha presentado este jueves su dimisión.
La primera jornada comienza este viernes con una reunión de los ministros de Finanzas de la zona euro (el Eurogrupo) que debatirá la situación económica actual. La discusión estará marcada por el nuevo recorte de tipos decretado el día antes por el Banco Central Europeo (BCE).
En esta línea, fuentes comunitarias no esperan grandes novedades en el análisis del frente macroeconómico y, al contrario, esperan que se confirme «el cuadro que ya existía en primavera», es decir, el de una actividad «débil» que repuntará con el paso de los meses, una inflación que se acercará al objetivo del 2 %, un mercado laboral en fase de enfríamiento y un escenario con «varias fuentes de incertidumbre» de naturaleza geopolítica.
Tras este punto, los ministros del euro evaluarán los resultados del último encuentro del G20 en Río de Janeiro, en el que se habló de inteligencia artificial, fiscalidad internacional y fragmentación comercial y, en cuyos márgenes los miembros del G7 (EE.UU., Canadá, Japón, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido) analizaron el nuevo instrumento de ayuda a Ucrania, con un préstamo de 50.000 millones de dólares para el que se utilizan los beneficios de los activos rusos congelados en territorio europeo.
Tras la reunión del Eurogrupo se sumarán a la mesa los ministros de Finanzas de los países europeos que no tienen la moneda común para debatir, junto con el secretario general de la OCDE y el consejero delegado de la agencia húngara de gestión de deuda, formas para encontrar financiación para la transición ecológica.
La sesión matutina del sábado estará dedicada al impacto de los cambios demográficos en la sostenibilidad de la deuda pública, en el que los Veintisiete abordarán los riesgos que plantea el envejecimiento de sus sociedades y las posibles líneas de actuación para evitarlos.
Por último, mantendrán una comida de trabajo en la que participará la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, quien les hablará de las nuevas oportunidades de financiación para apoyar a los países de renta baja en su respuesta a los desafíos globales.
Editado por Sandra Municio