Madrid (EuroEFE).- La Política Exterior Feminista (PEF), que estrenó Suecia en 2014 y a la que se sumó España en 2021, afronta momentos decisivos ante unas elecciones europeas marcadas por el avance de la extrema derecha que amenaza los derechos de las mujeres.
Una mayor presencia de grupos ultra en el Parlamento Europeo supondría un retroceso de las políticas feministas tras una legislatura histórica que ha sacado adelante directivas contra la violencia de género y la trata, así como de igualdad retributiva y en los consejos de administración de las empresas.
La PEF tuvo su primer traspiés en 2022 con la salida del país pionero, Suecia, y Países Bajos puede ser el siguiente en abandonar una diplomacia feminista que persigue el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número cinco de la Agenda 2030: igualdad de género y empoderamiento de todas las mujeres y niñas.
En una reciente reunión con periodistas y expertas en igualdad, el ministro de Exteriores, Juan Manuel Albares, afirmó que “la PEF no es una política alternativa, ni un apéndice de la política exterior, es una forma de llevar a cabo transformaciones globales de calado”.
La Política Exterior Feminista se fue desarrollando en paralelo al despegue de movimientos de mujeres que reclamaban sus derechos, es decir, con la cuarta ola del feminismo.
Pero también coincidió con la llegada al poder de líderes de extrema derecha o antigénero, como Donald Trump en EEUU, Jair Bolsonaro en Brasil, Viktor Orbán en Hungría y, más recientemente, Georgia Meloni en Italia o Javier Milei en Argentina. Una ola que ha alcanzado de manera sorprendente a Suecia y Países Bajos.
Elecciones decisivas para las mujeres
“Unas 350 millones de personas estamos llamadas a votar, la mitad mujeres y lo que podemos perder es mayúsculo. Las propuestas de la ultraderecha son antigénero, antidemocráticas, antilibertad, van contra los derechos sexuales y reproductivos», advierte a EFE la embajadora española en misión especial para la PEF, María Jesús Conde.
“Es importante que las mujeres tengamos en cuenta los riesgos de involución”, agrega.
La directora de Programas del Instituto Elcano, María Solanas, también comparte, en una entrevista con EFE, su preocupación: “Las elecciones al PE, por primera vez en la historia, plantean una incertidumbre por los nuevos equilibrios políticos que podrían tener un impacto en la igualdad de género”.
Según Solanas, “en estas elecciones están en juego los derechos de las mujeres”.
🟣🇪🇺La #PolíticaExteriorFeminista frente al avance de la extrema derecha en #Europa@Maria_SolanasC: "Dicen que en estas elecciones la UE se juega su alma, yo diría que también están en juego los derechos de las mujeres"
✍️@estherrebollo 📹@LauradeGradohttps://t.co/5kSd7kBm6S pic.twitter.com/ScoxRu8Cff
— Efeminista (@efeminista_efe) June 4, 2024
La Política Exterior Feminista en España
España adoptó la PEF cuando se empezaba a salir de la pandemia y se cumplían 20 años de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad sobre Mujeres, Paz y Seguridad, y 25 años de la Plataforma de Acción de Pekín.
Según Conde, el Gobierno observó que “los impactos del cambio climático, los conflictos armados y la covid estaban teniendo un efecto desproporcionado en las mujeres y las niñas”.
“Ningún país había logrado la igualdad de género. Cuando estamos a menos de una década de rendir cuentas sobre la Agenda 2030, no solo no se han cerrado las brechas, sino que han crecido las desigualdades”, argumenta la embajadora.
El ministro Albares explica, con ejemplos, cómo ha aplicado España esta política: desde el apoyo dado a las mujeres afganas tras la toma del poder por los talibanes hasta la puesta en marcha de cambios en el ministerio.
Según Albares, en los últimos cinco años, se ha duplicado el número de embajadoras, siendo estas aún el 26 por ciento, mientras que las diplomáticas en su conjunto apenas alcanzan el 30 por ciento. La buena noticia es que en la última promoción de la Escuela Diplomática hay más egresadas mujeres que hombres, y esta tendencia continúa.
Destacó el nombramiento de embajadoras en EEUU y China, así como la paridad en las Secretarías de Estado: dos mujeres y dos hombres.
Solanas, también integrante del grupo que asesora al ministerio, está convencida de que “España es más un referente feminista fuera que dentro” y que “el mayor reconocimiento ha venido por una progresión sostenida y permanente” de las políticas de igualdad.
El objetivo es que la política exterior sea coherente con “lo que se hace en casa”, en palabras de Albares.
Para Solanas una política exterior feminista “aporta una visión crítica de cómo se han desarrollado las relaciones internacionales en las últimas décadas, que no han tenido carácter transformador».
“El enfoque de género pasa a formar parte de la esencia de la política exterior para identificar los retos justo cuando los movimientos antigénero están creciendo”, concluye Conde.
Editado por Miriam Burgués