2024 es un año crucial para las elecciones europeas. Las elecciones europeas son siempre momentos importantes, pero este año, la decisión que los ciudadanos europeos, todos y cada uno de nosotros, tomemos en las urnas influirá quizá más que nunca en el futuro de la Unión Europea en un entorno internacional difícil y convulso.
De cara a la votación de junio, pero también en el contexto más amplio de nuestra reflexión actual sobre el futuro de Europa, debemos centrarnos, como ministros de Asuntos Exteriores de los Estados miembros y como funcionarios activamente implicados en la gestión de todos los asuntos europeos de actualidad, en reforzar la coherencia de nuestras acciones y mensajes y en ofrecer resultados concretos a nuestros ciudadanos.
La Unión Europea ha demostrado a lo largo de los años que aporta beneficios a todos los ciudadanos europeos, y la acción coordinada a nivel europeo es indispensable frente a los múltiples retos y crisis superpuestas de los últimos años: en el ámbito de la seguridad, la energía y la salud. La acción europea conjunta produce más beneficios que la de los Estados miembros por separado. Un ejemplo de ello es la eficacia del apoyo conjunto a Ucrania, que se enfrenta a la agresión no provocada de Rusia.
Por ello es esencial promover con determinación el mensaje proeuropeo, no sólo desde Bruselas sino también a nivel de los Estados miembros. Está en el interés de todos que el próximo ciclo institucional a nivel de la UE se base en una ambiciosa agenda proeuropea.
Desgraciadamente, el ascenso de corrientes y formaciones extremistas y populistas en varios Estados miembros y las campañas de desinformación dirigidas a socavar nuestras sociedades democráticas, nuestra construcción europea, van en contra de estos intereses generales. Esta realidad no debe ser ignorada.
Para que estos mensajes tengan consecuencias prácticas en el próximo ciclo institucional, a Rumanía, como a España, le interesa seguir actuando conjuntamente. Tenemos que asegurarnos de que los motores se mantienen en marcha a nivel europeo en el periodo preelectoral -trátese del Consejo Europeo o del Consejo de la UE-, así como en el periodo postelectoral europeo.
Aprovecharemos al máximo los meses previos a las elecciones al Parlamento Europeo para ultimar la futura Agenda Estratégica post-2024, como continuación del Proceso de Granada, de modo que el nuevo equipo de líderes europeos tome rápidamente el relevo.
Rumanía seguirá activa y comprometida con el fortalecimiento de la integración europea en un espíritu de unidad y cohesión. Este espíritu debe ser el eje vertebrador de las futuras políticas europeas.
Desde la perspectiva de la acción exterior de la Unión, las prioridades para los próximos años deben reflejar la necesidad de reforzar la seguridad y la defensa de la Unión, de aumentar su resistencia y competitividad económica, de potenciar el papel global de la UE, en su vecindad oriental y meridional e inclusive en respuesta a grandes retos como el cambio climático o la migración, y sobre todo de proseguir con renovada energía la ampliación de la UE, una inversión geoestratégica en nuestro futuro común.
Consideramos que la ampliación hacia el Este, así como la ampliación hacia los Balcanes Occidentales, no sólo es una opción estratégica evidente en el contexto geopolítico actual, sino que también apoya el desarrollo de nuestros socios mediante reformas de calidad y un mayor compromiso con los valores europeos. A largo plazo, la ampliación genera desarrollo democrático, crecimiento económico, seguridad y estabilidad basados en el respeto del Estado de Derecho y el respeto de los valores en la vecindad inmediata de la Unión.
Rumanía seguirá prestando especial atención al progreso constante del proceso de ampliación, en el contexto de las decisiones históricas del último Consejo Europeo de iniciar negociaciones de adhesión con Moldavia y Ucrania, de conceder el estatuto de candidato a Georgia y de iniciar negociaciones de adhesión con Bosnia y Herzegovina, una vez alcanzado el nivel requerido de cumplimiento de los criterios de adhesión.
Los pasos históricos dados recientemente bajo la Presidencia española del Consejo deben estar seguidos de nuevas acciones concretas por parte de la Unión. La Unión debe responder sin vacilaciones a las expectativas y progresos de los socios comprometidos en el proceso. Apoyamos una dinámica positiva del proceso, sobre bases previsibles y meritocráticas, que se reflejen en la calidad de las reformas y en el compromiso con los valores europeos de todos los países candidatos y aspirantes.
Rumanía seguirá prestando todo el apoyo necesario a los países candidatos, especialmente a Moldavia y Ucrania, en este proceso, incluyendo nuestra experiencia en el proceso de preadhesión. La adopción de los futuros marcos de negociación y la puesta en marcha de los procesos de ‘screening’ (cribado) legislativo deben ser prioridades para todos nosotros en el próximo periodo, junto a una acción conjunta para reforzar la capacidad administrativa de nuestros socios.
Luminița Odobescu es ministra de Asuntos Exteriores de Rumanía.