Bruselas (EuroEFE).- El precio por cada tonelada de CO2 emitida en la UE seguirá subiendo hasta el final de la década, pero los ingresos adicionales de las capitales se verán compensados con una menor recaudación a medida que caiga el uso de combustibles fósiles y será necesaria mayor flexibilidad fiscal para facilitar las inversiones necesarias en clima y tecnologías verdes.
Esa es la principal conclusión de un estudio publicado este lunes por el centro de pensamiento Agora Energiewende, que sostiene que si la UE acomete las inversiones necesarias para recortar sus emisiones de CO2 en un 90 % en 2040 respecto a 1990, la economía europea podría crecer a un ritmo de en torno al 2 % anual.
«Mientras que se espera que Alemania, Francia, Italia y España experimenten un crecimiento económico más moderado, se proyecta que el producto interno bruto (PIB) real de Polonia aumente en alrededor de un cinco por ciento para 2040 en comparación con los niveles de referencia», dicen los autores del estudio «Política climática de la UE entre oportunidades económicas y riesgos fiscales».
Las inversiones crearán empleo, crecimiento y oportunidades, pero su financiación será compleja una vez en 2026 se agoten los fondos de recuperación postpandemia y se necesitará «más flexibilidad fiscal».
«Las reglas fiscales de la UE, que exigen mantener los niveles de deuda en una trayectoria descendente, supondrán un desafío para Italia y España», añaden los autores, quienes indican que entre las grandes economías de la UE esas dos «necesitarán la mayor consolidación fiscal para cumplir con estas reglas, incluso excluyendo el gasto climático».
«Las implicaciones fiscales de la transición energética también pueden obligar a gobiernos con menos deuda a ajustar sus finanzas, como es el caso de Alemania», sostiene Agora Energiewende, que recomienda mayor flexibilidad en las reglas fiscales de la UE y nacionales para que los gobiernos tengan suficiente margen presupuestario para apoyar las inversiones relacionadas con el clima», indican los autores.
Una de las herramientas que proponen consiste en reajustar la manera en que los Estados miembros recaudan fondos a partir del pago por emisiones de CO2, que ofrecerá a los Gobiernos de la UE una «cantidad neta disponible» de 27.500 millones de euros por año en el período 2030-2035, si bien esta se volverá negativa a partir de 2037 «mientras que las necesidades de gasto público en toda la UE superarán los 200.000 millones de euros por año en la década de 2030», resumen.
Agora propone, en ese sentido, establecer un mecanismo de financiación con deuda conjunta y fuera del presupuesto «para adelantar los ingresos nacionales del ETS2», es decir, el mercado de emisiones que grava el CO2 de la calefacción de los hogares y el tráfico rodado que empezará a funcionar en 2027.
«Tal mecanismo podría desbloquear 36.000 millones de euros en inversiones en los sectores de transporte y edificios antes de 2028» a través de la emisión de deuda para «financiar la distribución de subvenciones y recuperaría una cantidad acordada de ingresos nacionales directamente de las futuras plataformas de subastas».
La ventaja de adelantar los ingresos futuros del ETS2 nacional a través de una instalación dedicada de la UE es que la deuda emitida para este adelanto no se contabilizaría como deuda nacional, destacan.
Editado por Sandra Municio