Madrid (EuroEFE).- Una cuarta parte del territorio europeo podría mejorar su situación ambiental si se regeneraran los ecosistemas naturales, según un equipo internacional de investigadores, que ha concluido que el setenta por ciento de las áreas con más potencial para la «renaturalización» están en los países con los climas más fríos.
El trabajo ha sido elaborado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) español -del Consejo Superior de Investigaciones Científicas- y de la Universidad de Évora (Portugal), y los resultados se publican este jueves en la revista Current Biology.
Para lograr los objetivos ambientales de la agenda 2030, la Unión Europea pretende ampliar al 30 por ciento la extensión de territorio natural protegido en el continente, así como restaurar territorios dañados con potencial para la conservación de la naturaleza, ha recordado el Museo en una nota de prensa difundida hoy.
Una de las opciones para conseguirlo es la «renaturalización» del territorio, que persigue regenerar ecosistemas naturales restableciendo las funciones ecológicas y la biodiversidad, así como limitar la presión humana sobre el territorio.
Los investigadores han desarrollado en ese contexto una metodología para identificar áreas con potencial de restauración y que pueda apoyar a los Estados en sus esfuerzos de ampliación de la superficie de espacios naturales protegidos que aspira a tener el continente en esta década.
Due to abandoned farmlands, nearly 25% of the European landscape is primed for #rewilding–a movement to restore land to their wilderness before human intervention.
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— Cell Press (@CellPressNews) August 15, 2024
Restauración activa o pasiva
Los resultados del trabajo revelan que una cuarta parte de Europa cumple los criterios para aplicar una renaturalización, bien pasiva o activa.
La «pasiva», han detallado los investigadores, se hace a través del manejo de procesos naturales, como el aumento de la conectividad ecológica que permita el desplazamiento de especies desde poblaciones con excedente demográfico hacia territorios con poblaciones deficitarias o incluso desparecidas a causa de extinciones locales pasadas.
La «activa» se lleva a cabo mediante la reintroducción de especies clave para el funcionamiento de los ecosistemas, una propuesta que ha incrementado su popularidad tanto en Europa como en Estados Unidos.
«Aproximadamente 117 millones de hectáreas, casi una cuarta parte del continente europeo, cumple los criterios que hemos determinado para aplicar estrategias de renaturalización2, ha afirmado Miguel Bastos Araújo, investigador del MNCN-CSIC.
Las seleccionadas son áreas que cumplen requisitos como tener grandes dimensiones, estar poco pobladas, que haya poco impacto de la actividad económica y que cuenten con la presencia de especies de mamíferos, tanto herbívoros como carnívoros, con relevancia para la dinámica natural de los ecosistemas, ha precisado.
El potencial de la península Ibérica
El estudio apunta que el 70 por ciento de estas áreas se localizan en las zonas más frías del continente -Escandinavia, Escocia y los Estados bálticos-, pero también la península ibérica está entre las regiones de Europa con más potencial para la renaturalización pasiva.
El investigador Diogo Alagador, de la Universidad de Évora, ha explicado que se pueden obtener resultados interesantes solo con gestionar dinámicas territoriales, como la conectividad y la dispersión de las especies, así como el manejo de poblaciones de especies clave para el funcionamiento de los ecosistemas.
La renaturalización «activa», basada en la reintroducción de animales clave, es particularmente importante cuando han desaparecido de la cadena trófica especies de herbívoros y carnívoros fundamentales para el funcionamiento de los ecosistemas y cuando se considere improbable que puedan recolonizar, en un tiempo prudencial, estos espacios a través de la dispersión natural a partir de territorios cercanos.
«La renaturalización activa podría aplicarse en hábitats de Croacia, Cerdeña, el sur de Francia, Países Bajos, Dinamarca, Suecia o Noruega», ha punuializado Alagador.
Los científicos han observado que hay extensos territorios europeos que están sufriendo procesos de abandono rural, y que generalmente son territorios con productividades primarias reducidas, que ofrecen rendimientos también reducidos a las personas que habitan en ellos.
«El abandono de estos territorios acarrea problemas sociales graves, además de llevar a una acumulación de biomasa que incrementa el riesgo de incendios; una alternativa para estos territorios es la renaturalización activa», ha manifestado el investigador del CSIC.
En áreas suficientemente grandes, y donde el conflicto con las poblaciones humanas puede gestionarse más fácilmente, existe la posibilidad de retorno de grandes carnívoros, como el lobo o el oso, que desempeñan un papel importante en la gestión de poblaciones de herbívoros y en la formación de mosaicos paisajísticos, que son además más resilientes a los fuegos de gran intensidad.
La sustitución de la «gestión rural» por una «gestión natural», enfocada en recuperar hábitats con baja presencia del ser humano, ofrece además posibilidades interesantes desde el punto de vista de las actividades económicas basadas en el ocio y el turismo, han destacado.
Editado por Sandra Municio