Madrid (EuroEFE).- Las últimas 72 horas antes de las elecciones europeas son, según los expertos, las más importantes para evitar que las campañas de desinformación logren su objetivo.
Te explicamos los objetivos y tácticas de esas operaciones, los países más afectados por ese fenómeno y las herramientas de Bruselas para minimizar su impacto en las urnas:
¿Qué pretenden las campañas de desinformación?
Siempre ha habido intentos de injerencia extranjera en las elecciones, pero si antes se apoyaban sobre todo en espías o sobornos, ahora su mayor aliado está en el manejo de la opinión pública, y el altavoz que proporcionan las tecnologías de la información.
Aunque la Unión Europea (UE) ha atribuido algunas campañas de desinformación a países como China, la India, Irán, Turquía o Venezuela, el grueso de esa manipulación lo achaca a Rusia, y en 2015 creó un equipo dentro del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) para detectar y desmantelar la manipulación informativa pro-Kremlin en el continente.
- En su blog EUvsDisinfo, ese equipo asegura haber documentado y analizado más de 17.000 ejemplos de las llamadas operaciones de Manipulación de Información e Injerencias Extranjeras (FIMI, por sus siglas en inglés) favorables a Rusia.
- En mayo, por ejemplo, Bruselas anunció que había descubierto, junto a las autoridades españolas, un esquema de «lavado de información» en al menos 23 sitios web vinculados a Rusia, que se hacían pasar por medios occidentales en España y otros países en una operación de «falsa fachada» para socavar el apoyo a Ucrania.
- Y este martes, la vicepresidenta de la Comisión Europea para Valores y Transparencia, Vera Jourová, dijo que hay tres países que están «bajo un ataque permanente» de desinformación rusa de cara a las elecciones europeas: son Alemania, Francia y Polonia.
- Añadió que Eslovaquia, Bulgaria y los países bálticos están especialmente expuestos a las noticias falsas difundidas a través de la aplicación de mensajería Telegram.
Los objetivos de esas campañas de desinformación pueden ser promover la abstención y generar dudas sobre el proceso y la legitimidad de los resultados, o bien desacreditar la imagen de la Unión Europea y de sus líderes no sólo a los ojos de los ciudadanos europeos, sino también de cara a otras regiones.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, alertó esta semana en su blog de que esas campañas pretenden «manchar la reputación del club comunitario en Oriente Medio, los Balcanes Occidentales, África, Latinoamérica y Asia».
¿Cómo funcionan?
Las tácticas de esas operaciones son cada vez más sofisticadas, y van desde los vídeos ultrafalsos o ‘deepfakes’ creados con inteligencia artificial, hasta páginas web clonadas de medios de comunicación consolidados.
El caldo de cultivo es el descontento de los votantes: los desinformadores buscan un efecto de cámara de eco, con historias manipuladas que encajen con las ideas políticas del público y puedan generar una respuesta emocional, una indignación que les lleve a compartir las noticias falsas.
- Casi siempre, esas campañas parten de un debate o conflicto existente en la arena pública de un país y entran en juego reforzando una voz específica, con el fin de incrementar las tensiones.
- Ese tipo de maniobras se suman a otro tipo de campañas, como la presunta trama de sobornos a eurodiputados para favorecer a Catar, Marruecos y Mauritania, conocida como ‘Catargate’.
- De cara a las elecciones, Bruselas ha detectado además un tipo de amenaza híbrida, que combina ciberataques reales para dañar las infraestructuras electorales con la exageración de este peligro, con el fin de generar dudas sobre la legitimidad de los resultados.
¿Cuál es la respuesta de la UE?
Para combatir esa desinformación, que ha aumentado tras la invasión rusa de Ucrania, Bruselas se ha dotado en los últimos años de dos herramientas principales: la ley de inteligencia artificial y la ley de servicios digitales.
- La ley de inteligencia artificial combate la difusión de vídeos manipulados y regula la inteligencia artificial (IA) generativa, aunque todavía no está plenamente en vigor.
- La ley de servicios digitales obliga a las grandes plataformas, como Meta, X, TikTok o YouTube, a moderar sus contenidos y eliminar los que contengan información falsa, bajo pena de multas del 6 % de su facturación global.
- Bruselas ya está investigando a X, Facebook e Instagram por no hacer lo suficiente en esa lucha contra la desinformación.
La UE también ha pactado con esas grandes plataformas un Código de Buenas Prácticas contra la Desinformación, y casi todas ellas han anunciado medidas para combatir la manipulación de cara a estas elecciones.
- Sin embargo, en enero, la Red de Estándares Europeos sobre verificación de datos advirtió de que la mayoría de esos gigantes de internet no aplica las medidas acordadas en el Código de Buenas Prácticas, suscrito por YouTube, Google Search, Facebook, Instagram, TikTok, WhatsApp, Bing y Linkedin (ni X ni Telegram han firmado ese compromiso).
Además, la UE ha creado un sistema de alerta rápida para intercambiar información entre los países sobre las campañas de manipulación, y en abril organizó una prueba de estrés con las principales plataformas de internet, que en casi todos los casos han anunciado medidas contra la desinformación.
Aún así, a Bruselas le preocupa lo rápido que pueden difundirse los bulos en redes como Whatsapp o Telegram, y ante ello, insiste en que el mejor escudo sigue siendo una ciudadanía crítica, que seleccione bien las fuentes de información.
Fuentes:
- Página web sobre las elecciones europeas del equipo contra la desinformación rusa del SEAE, EUvsDisinfo
- Página web sobre las elecciones europeas de la Red de Estándares Europeos sobre verificación de datos
- Información de la Comisión Europea
- Análisis del Servicio de Investigación del Parlamento Europeo
- Plan de acción contra la desinformación de la Comisión Europea (2018, inglés)
- Informaciones de EuroEFE, EFEverifica y Euractiv