Los retos de Ribera en Competencia: abusos de las tecnológicas y debate de los «supercampeones»

retos de Ribera en Competencia abusos de las tecnológicas y debate de los supercampeones

Teresa Ribera en Bruselas, Bélgica, en una imagen de archivo. EFE/EPA/OLIVIER MATTHYS

Estrasburgo (Francia) (EuroEFE).- La española Teresa Ribera, nueva responsable de Competencia de la Comisión Europea, asumirá la tarea de continuar la batalla contra los abusos de las tecnológicas y además liderará el debate sobre el futuro de unas reglas que muchos quieren reformar para crear ‘campeones europeos’ que compitan con sus rivales de Estados Unidos y China.

Si es confirmada por la Eurocámara, sucederá a la danesa Margrethe Vestager en una de las carteras más poderosas del Ejecutivo comunitario y será la segunda española en hacerlo, puesto que también la ocupó el socialista Joaquín Almunia entre los años 2010 y 2014.

Su principal meta es garantizar la igualdad de condiciones y preservar el correcto funcionamiento del mercado único. Para ello se vale de una serie de herramientas que le permiten vigilar y, si es necesario, sancionar cualquier comportamiento ilegal, como acuerdos entre empresas para pactar precios o repartirse el mercado.

El departamento que dirigirá Ribera también es el encargado de examinar fusiones de escala europea y de evaluar si las ayudas públicas que los gobiernos conceden a sus empresas cumplen los criterios establecidos.

La línea de actuación está marcada ya en el mandato que Von der Leyen ha enviado a Ribera en una carta en la que encarga a la española la tarea de «modernizar la política de Competencia para garantizar que apoya que las empresas europeas innovan, compiten y lideran» en sus respectivos sectores a nivel mundial.

Empresas europeas más grandes

Sin embargo, el debate sobre la promoción de firmas europeas que compitan a escala global genera divisiones. Alemania y Francia son partidarios de facilitar fusiones transnacionales (como la de Siemens y Alstom para crear un gigante ferroviario que fue vetada por Bruselas), pero esta estrategia genera recelos en otros socios más pequeños porque creen que puede perjudicar a sus empresas.

Asimismo, la alemana confía en Ribera para revisar la forma en que se aplican las normas sobre el control de concentraciones para «dar el peso adecuado a las necesidades más acuciantes en relación a la resiliencia, la eficiencia y la innovación».

Esta idea deriva de las recomendaciones del informe de Mario Draghi, quien sugirió que los exámenes de fusiones no se centren exclusivamente en el impacto en los precios y las cuotas de mercado y tengan también en cuenta el impacto de una operación en la innovación, especialmente tecnológica.

Los servicios de Competencia liderados por Ribera tendrán que prestar especial atención a las pymes y pequeñas cotizadas, sobre todo para evitar las llamadas «adquisiciones asesinas» en las que grandes firmas absorben rivales emergentes para eliminar «cualquier posible fuente de competencia futura».

Nuevo marco de ayudas públicas

Además, Von der Leyen ha encargado a Ribera desarrollar un nuevo marco de ayudas de Estado para «acelerar el despliegue de energías renovables, avanzar en la descarboniación industrial y asegurar una capacidad suficiente de fabricación de tecnologías limpias».

Esta revisión «debe salvaguardar la igualdad de condiciones» al tiempo que simplifica el marco, prioriza la persecución de las ayudas que más distorsionan y también abren la puerta a ayudas de apoyo a la vivienda, en especial para eficiencia energética y vivienda social.

Delitos contra la competencia

El mandato de Ribera incluye el «refuerzo» de la política contra delitos de monopolio, prácticas anticompetitivas y abusos de posición dominante. En la práctica, esto supone dar continuidad a la lucha contra los abusos de los gigantes tecnológicas que Bruselas ha librado durante la última década, pero sin perder de vista otros sectores.

Vestager ha obtenido en este frente resultados dispares en los tribunales: aunque ha ganado a Google con respecto al favoritismo hacia Google Shopping (2.424 millones), está pendiente de fallos definitivos sobre las sanciones por Android (4.340 millones) y AdSense (1.490 millones), y también ha visto cómo la Justicia europea tumbaba sus multas a Qualcomm (997 millones) o Intel (1.060 millones).

Además, Bruselas mantiene abiertas investigaciones contra Google por favorecer su propio sistema de tecnología publicitaria y sobre Microsoft por imponer Teams a los usuarios de Office entre las más destacadas de un mar de casos.

Bajo el paraguas de Ribera también cae la aplicación del reglamento de subsidios extranjeros (que vigila que no entren en la UE empresas dopadas con ayudas públicas excesivas en terceros países) o la aplicación de la ley de mercados digitales (DMA), entre otras cuestiones.

Editado por Sandra Municio


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