Macron confía la estabilidad de Francia a la derecha con el nombramiento de Barnier

Macron confía la estabilidad de Francia a la derecha con el nombramiento de Barnier

El nuevo primer ministro francés, Michel Barnier, este jueves en París, Francia. EFE/EPA/SARAH MEYSSONNIER / POOL MAXPPP OUT

París (EuroEFE).- El conservador Michel Barnier fue finalmente la opción elegida este jueves por el presidente francés, Emmanuel Macron, para liderar el gobierno tras casi dos meses de bloqueo. La derecha tendrá por tanto en sus manos la estabilidad del país, mientras la izquierda promete ya censurar al nuevo primer ministro.

Barnier, exministro y excomisario europeo de 73 años con una dilatada carrera política, procede del partido de la derecha conservadora Los Republicanos y es una figura curtida en la búsqueda de consensos en contextos muy complicados, tal y como demostró como representante de Bruselas en las negociaciones del ‘Brexit’.

Pese a esas bazas, la formación de la que procede es, como no dejó de recordar inmediatamente la izquierda francesa, tan solo la cuarta fuerza de la Asamblea Nacional que emergió profundamente fragmentada de las elecciones del pasado 7 de julio.

Deberá gobernar con el respaldo del centro macronista (166 diputados), con el apoyo de los 47 diputados de su propio grupo político (que en principio se había negado a entrar en el Gobierno) y de otras formaciones minoritarias, como el grupo centrista y regionalista LIOT (21 escaños).

Barnier no logrará alcanzar una mayoría absoluta de 289 escaños, pero sí superar en apoyos a la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP), que es la primera fuerza de la Asamblea con 193 diputados.

Los partidos de esta última alianza -integrada por el Partido Socialista (PS), los ecologistas, La Francia Insumisa (LFI) y el Partido Comunista francés- han clamado contra la decisión de Macron, que tachan «de robo electoral», de «negación de la democracia» y de «corte de manga» a la voluntad de cambio que los franceses expresaron en las urnas.

«Michel Barnier no tiene legitimidad política ni republicana. Esta gravísima situación es inaceptable para nosotros, los demócratas», sintetizó el Partido Socialista, en un comunicado en el que avanzó que, al igual que el resto de sus socios del NFP, buscará tumbar el gobierno del dirigente conservador a través de mociones de censura parlamentarias.

Le Pen será la clave en futuras mociones de censura

La izquierda critica con mucha dureza no solo el haber sido descartada para gobernar, sino que con esta decisión la llave de la continuidad del nuevo Gobierno estará paradójicamente en manos de la extrema derecha de Marine Le Pen, cuyo avance apenas logró contenerse a través de un cordón sanitario y una fuerte movilización el 7 de julio pasado.

De hecho, Macron había ordenado la disolución de la Asamblea precisamente a raíz del triunfo de la formación ultra en las pasadas elecciones europeas del 9 de junio.

«Es la negación de la voluntad del pueblo francés», lamentó el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon, fundador de LFI, tras haber remarcado que Barnier asciende al poder «con el permiso y quizás la sugerencia» de la extrema derecha.

Le Pen ya había sido la clave para descartar este miércoles las otras dos grandes opciones que había barajado Macron, el conservador Xavier Bertrand y el exsocialista Bernard Cazeneuve, después de advertir de que los 142 diputados de la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) y sus socios se sumarían a mociones de censura contra ellos.

Con Barnier, sin embargo, el RN ha manifestado que esperarán a que presente su programa político ante el Parlamento.

«Esperaremos al discurso de política general», señaló Le Pen este jueves en declaraciones a la prensa.

La líder ultraderechista ha planteado algunas exigencias concretas, como que se respete a su electorado (es decir, que se abandone el cordón sanitario a su partido) y que el nuevo primer ministro se implique en una reforma electoral para cambiar el sistema mayoritario actual por uno proporcional, algo que beneficiaría al RN al limitar los efectos de posibles cordones sanitarios.

El RN también quiere que el nuevo gobierno se afane con los «temas de fondo» que les interesan, como políticas para controlar la inmigración, la inseguridad y para preservar el poder adquisitivo de los ciudadanos.

La UE felicita a Barnier

Por otra parte, los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, del Consejo Europeo, Charles Michel y del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, felicitaron este jueves al excomisario y negociador europeo para el Brexit Michel Barnier por su nombramiento como primer ministro de Francia.

«Sé que Michel Barnier tiene los intereses de Europa y Francia en el corazón, como lo demuestra su larga experiencia. Le deseo mucho éxito en su nueva misión», escribió la jefa del Ejecutivo comunitario en su perfil de la red social X.

La presidenta de la Eurocámara, por su parte, señaló por este mismo canal que Barnier ha demostrado «liderazgo, visión y método» y se mostró «convencida de que hará el mejor uso de su experiencia y sus competencias como nuevo primer ministro francés».

En la misma línea, el presidente del Consejo Europeo aseguró que «Europa se ha beneficiado enormemente» del «sentido de escucha, respeto y transparencia en las negociaciones» que ha llevado a cabo Barnier.

Barnier promete ser «útil»

El nuevo primer ministro francés prometió este jueves escribir una nueva página «útil» para una Francia que atraviesa un «momento grave«, e incluyó entre las prioridades de su Gobierno varias de las lanzadas por la extrema derecha de Marine Le Pen.

Tras el traspaso oficial de poderes en el Palacio de Matignon de manos de su predecesor, el macronista Gabriel Attal, Barnier declaró que asume el Gobierno con «mucha humildad» y señaló que tratará de responder tanto como sea posible «a los retos, la rabia, el sufrimiento, la sensación de abandono y de injusticia que son demasiado frecuentes» en ciudades, barrios y áreas rurales.

Entre sus prioridades mencionó temas como decir la verdad sobre la «deuda financiera y ecológica» o aumentar la influencia de Francia en Europa, pero también varios de los asuntos que la Agrupación Nacional ha mencionado como prioritarios para que su partido no lo censure, como el «control» de la inmigración o la seguridad.

El dirigente conservador también hizo mucho hincapié en que habrá «cambios y rupturas» y en que su Gobierno será de respeto, en primer lugar hacia el Parlamento, pero también hacia todas las formaciones políticas.

«Y digo bien, de todas las fuerzas políticas», recalcó.

Eso significa a priori no excluir al RN, tal y como reclamaba también Le Pen, especialmente a la vista de que su partido fue la fuerza más votada en las últimas elecciones legislativas, si bien en número de diputados sean tan solo el tercer bloque de la Asamblea Nacional debido al ‘frente republicano’ puesto en marcha por otras fuerzas.

«El Gobierno no pretenderá que es el único que posee todos los conocimientos por ciencia infusa», aseguró, y reconoció que hará falta «actuar más que hablar».

Editado por Fernando Heller y Sandra Municio