La Haya (EuroEFE).- El Gobierno neerlandés busca enviar algunos reclusos a cárceles extranjeras para cumplir sus penas, dada la falta de capacidad de los centros penitenciarios en Países Bajos por la escasez de personal, una situación que mantiene desde otoño pasado a cientos de reos esperando en libertad el cumplimiento de su sentencia, con algunos casos polémicos.
La secretaria de Estado de Justicia, la ultraderechista Ingrid Coenradie, dijo esta semana en una carta al Parlamento que considera «la situación actual difícil de aceptar» y que es necesario «implementar medidas adicionales lo antes posible para que las sentencias que aún no se han ejecutado puedan hacerlo, en especial cuando se trata de delitos con víctimas».
«Me preocupan los delitos sexuales y la violencia doméstica: para las víctimas de estos delitos, en particular, es difícil de entender que las sentencias se pospongan. Dada la alta presión constante sobre la capacidad en el Departamento de Instituciones Correccionales (DJI), esto solo será posible a corto plazo si se crea espacio dentro de la capacidad existente. Tendré que tomar decisiones muy difíciles entre diferentes grupos», adelantó Coenradie.
Desde el otoño, existe una escasez aguda de capacidad en las cárceles neerlandesas debido, entre otras cosas, a la falta de personal, el aumento en la ocupación y una prolongación significativa de la estancia de jóvenes y pacientes bajo tratamiento psiquiátrico.
Las prisiones neerlandesas acogen a unos 9.000 detenidos y hoy hay más de 2.000 reos en libertad, cuando deberían estar cumpliendo su condena.
Una de las noticias a las que tuvo que reaccionar la secretaria de Estado fue un reportaje con testimonio de familiares de personas asesinadas, o de víctimas de violaciones sexuales, que lamentan no poder pasar página al saber que los agresores no están entre rejas.
«Estoy haciendo todo lo posible para encontrar formas de liberar celdas para que los reos (en libertad) y los arrestados puedan cumplir sus condenas», prometió la funcionaria neerlandesa.
El Ejecutivo, formado por una coalición de cuatro partidos de centroderecha liderados por la derecha radical de Geert Wilders (PVV), tomó posesión a principios de julio, pero todavía no se ha sentado a elaborar el programa de gobierno, que deberá basarse en un acuerdo de líneas generales alcanzado por los cuatro grupos en mayo.
De momento, según Coenradie, están investigando soluciones a medio y largo plazo, con medidas que deben ser seguras para las víctimas, la sociedad y el personal penitenciario.
Explicó que las propuestas se dividen en cuatro categorías: soluciones personalizadas a las penas, otros conceptos de detención, aumento de la capacidad de prisiones juveniles y de tratamiento psiquiátrico, y una apuesta por la cooperación internacional.
En este sentido, explicó, está explorando la posibilidad de un régimen penitenciario más austero que requiera menos personal y una redistribución de prisioneros, porque «al ubicar a los detenidos con riesgos limitados (con penas cortas) en un entorno que se ajuste a esos riesgos, se libera espacio en las áreas de mayor seguridad para los detenidos con mayores riesgos».
«Además, estoy buscando activamente soluciones a nivel internacional, como la ejecución de penas de prisión para ciertos grupos en el extranjero. El pasado muestra que es posible llegar a acuerdos (de tratados) entre países para esto: prisioneros de Bélgica y Noruega han sido ubicados en Países Bajos. Así que estoy investigando seriamente cuáles son las posibilidades para Países Bajos de llegar a acuerdos con otros Estados de la UE«, reveló Coenradie.
El anterior gobierno, del liberal Mark Rutte, ya puso en marcha en abril medidas drásticas, como la liberación temprana de algunos presos a cambio de un brazalete electrónico o la suspensión temporal de prisión a personas condenadas a penas relativamente cortas (unos meses), que no recibieron la convocatoria para personarse en la cárcel y cumplir la pena.
Los liberales, también socios del gobierno, subrayan que hay que escuchar la «señal de alarma» del personal penitenciario, e insisten en que la solución es poner énfasis en la contratación de guardias.
En cambio, mientras aumenta la oferta, hay poca demanda para ocupar estos puestos en un mercado laboral donde escasea la mano de obra.
«Los delincuentes no deben ni evitarán su castigo. Quienes deben ir a prisión, irán a prisión. Seré muy clara en mi lenguaje al respecto. Continuaré buscando soluciones temporales y estructurales para el problema de capacidad», subrayó la responsable neerlandesa.
Editado por Lucía Leal