La derecha polaca se fragmenta por la elección de su candidato a presidente

La derecha polaca se fragmenta por la elección de su candidato a presidente

La derecha polaca se fragmenta por la elección de su candidato a presidente [Pawel Supernak /EFE-EPA]

Varsovia (Euractiv / EuroEFE).- El principal partido de derechas de Polonia y cabeza de la oposición al primer ministro Donald Tusk, la formación Ley y Justicia (PiS), ha exhibido sus grietas internas, con voces discordantes acerca de quién será su candidato para las elecciones presidenciales de 2025.

Una de las primeras notas disonantes fue la expresada este miércoles por la ex primera ministra y eurodiputada Beata Szydło, quien manifestó su firme rechazo a la postura del líder del partido, Jarosław Kaczyński, en su búsqueda del candidato más idóneo para la pugna electoral del año próximo.

Se trata de un choque sin precedentes en el hasta ahora sólido bloque de la derecha ante la coalición de gobierno de Tusk.

El presidente de Polonia en funciones, Andrzej Duda, candidato del PiS (ECR) para 2015 y 2020, finalizará su segundo y último mandato el año que viene, por lo que se ha abierto el proceso de búsqueda de un sustituto. El PiS, lejos de mostrar unidad, ha exhibido sus diferencias sobre el asunto.

«Creo que una mujer es igual de capaz de presentarse a la presidencia y tiene posibilidades de ganar», declaró Szydło a la emisora de radio privada RMF FM.

A finales de agosto, Kaczyński dijo que sólo un hombre podía ser adecuado para el cargo.

Kaczyński, que gobierna con mano de hierro el PiS, aseguró a la emisora católica Radio Maryja –cercana al PiS- que el candidato ideal sería un hombre «joven, alto y guapo», con familia, que hablara al menos dos lenguas extranjeras y dominara el inglés.

La difícil situación de inseguridad generada por la guerra en Ucrania sería en su opinión uno de los motivos por los cuales el candidato debería ser hombre.

«En condiciones de guerra, una mujer no tendría muchas posibilidades», añadió, al tiempo que admitió que sería difícil encontrar una candidata adecuada para enfrentar ese tipo de situaciones extremas.

«Creo que hay muchas personas dentro de nuestro campo político que serían idóneas para el cargo», declaró a finales de agosto.

El ejemplo de Kamala Harris

Szydło, que en su día fue la favorita del líder del PiS para ocupar altos cargos y se puso al frente del gobierno cuando el partido llegó al poder en 2015, se distanció de las palabras de Kaczyński, y citó como ejemplo a la  vicepresidenta de EE.UU. y candidata del Partido Demócrata, Kamala Harris.

«Si el argumento es que una mujer no debería ser presidenta en tiempos de guerra, yo diría que ahora mismo la mujer es la principal candidata a la presidencia del país más poderoso del mundo, que desempeña un papel crucial en la OTAN», subrayó Szydło.

Aunque Szydło no nombró directamente a Kaczyński en sus comentarios, desafiar abiertamente al líder del partido -incluso indirectamente- es algo muy inusual en la tradición de esa formación conservadora, lo cual invita a pensar que es una señal de las crecientes tensiones en el PiS, después de que el partido perdiera el poder el pasado diciembre.

En busca de un digno rival

La coalición de gobierno en Polonia liderada por Tusk, tampoco ha elegido aún un candidato.

Sin embargo, aún no está claro si los partidos se pondrán de acuerdo sobre un candidato único o si cada partido de la coalición se presentará por separado.

De momento, el candidato más probable es el alcalde de Varsovia, Rafał Trzaskowski (Coalición Cívica, PPE), conocido por ser políglota y muy culto. Trzaskowski fue eurodiputado y ministro de Asuntos Europeos.

«Tenemos candidatos que dominan tanto el inglés como el francés, al igual que nuestro probable oponente en la segunda vuelta», dijo Kaczyński, al tiempo que  añadió que el candidato »debe tener experiencia internacional, alguien que se sienta a gusto en un entorno global, que haya asistido a conferencias y charlas.»

Kaczyński aseguró que Mateusz Morawiecki no puede ser presentado como candidato presidencial del partido porque su papel como ex primer ministro y las duras decisiones que tuvo que tomar le convierten en un blanco fácil para los adversarios del PiS.

«Llegaría a la segunda vuelta, pero haría falta un milagro para que ganara», admitió.

///

Editado por Fernando Heller