Praga (EuroEFE).- La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Eslovaquia el próximo 6 de abril enfrentará al europeísta Ivan Korčok, que venció de forma inesperada en la primera ronda celebrada el sábado con un 42,5 %, contra Peter Pellegrini, candidato del Gobierno filorruso y cercano a la Hungría de Viktor Orbán.
Los comicios del sábado, en los que ganó Korčok con el 42,5 % del voto frente al 37 % de Pellegrini, se celebraron con una participación electoral récord para unas presidenciales, del 51,91 %, según la Comisión Electoral.
La diferencia de cinco puntos sorprendió a muchos observadores, e indica que Korčok, respaldado por la oposición liberal y progresista que defiende ayudar militarmente a Ucrania, «ha logrado movilizar al electorado, con lo que ahora tiene que bregar su contrincante, que parte en desventaja», afirmó a la cadena TA3 el analista Jakub Hankovsky, de la agencia de demoscopia Ipsos.
El tercer candidato más votado, el ex presidente del Tribunal Supremo y antiguo ministro de Justicia Stefan Harabin, obtuvo el 11,7 % de las papeletas, por lo que movilizar a sus votantes será clave en la segunda vuelta, según los comentaristas.
El socialdemócrata Pellegrini tendría aquí una cierta ventaja, ya que Harabin simpatiza con los votantes de Dirección (‘Smer’), el partido que lidera el primer ministro, el populista de izquierdas Robert Fico, con lo que bastaría una señal de ese líder para movilizar el voto, afirmó asimismo Hankovsky.
Desde su retorno al poder al frente de una coalición de populistas de izquierda y ultranacionalistas, el primer ministro Robert Fico ha reorientado la política exterior hacia una postura más favorable a Rusia y ha atacado instituciones independientes, como la judicatura, desmantelando la Fiscalía Anticorrupción que investigaba a altos cargos de la formación del jefe del Gobierno.
En este contexto, la presidencia -normalmente un puesto ceremonial- se convierte en una posición clave para controlar al poder ejecutivo.
«El país no está bien y quiero que se mueva», dijo Korčok tras conocer los resultados preliminares que le dan el pase a la segunda vuelta y en alusión a las masivas protestas contra las últimas medidas del Ejecutivo de coalición.
«Eslovaquia ha perdido la brújula en política exterior«, aseguró además el experimentado diplomático sobre el giro radical que ha supuesto dejar de apoyar militarmente a Ucrania desde la llegada al poder de Fico, a diferencia de lo ocurrido en la anterior legislatura.
La participación fue del 50 por ciento, ligeramente superior al 48 por ciento que hubo hace cinco años, cuando a la segunda vuelta pasaron la actual jefa de Estado, Zuzana Caputova, y el entonces vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic.
Por su parte, Pellegrini destacó que el país necesita ahora «concordia«, y «no ser testigo de continuos conflictos entre políticos y representantes institucionales».
«No voy a modificar un ápice el contenido de mi campaña», dijo Pellegrini, que ahora obtuvo 834.718 votos y deberá conseguir otros 124.000, un 15 por ciento más, para superar a Korčok.
Los perfiles de los candidatos
Pellegrini cuenta ya con una notable trayectoria: ha sido primer ministro y actualmente preside el Parlamento por segunda vez. Además, lidera su propio partido, La Voz (‘Hlas’), después de haber sido ministro en varias ocasiones.
Hlas es una escisión de la formación socialdemócrata Smer de Fico, el político que ha estado más tiempo al frente del Gobierno en Eslovaquia y que en los últimos años, desde la pandemia, ha derivado en posiciones populistas, antimigratorias, reticentes con las vacunas y prorrusas.
Tanto Smer («Dirección») como Hlas fueron expulsados del Partido de los Socialistas Europeos por pactar una coalición de Gobierno con la ultraderecha del SNS.
La principal crítica que recibe Pellegrini es que no ha logrado desvincularse de la figura de su anterior líder, Fico, y se desconoce si como presidente será capaz de poner coto a algunas de las reformas del Ejecutivo que vulneren el Estado de derecho.
Mientras, Korčok, de 59 años, antiguo ministro de Exteriores y exembajador en EEUU, Alemania y ante la UE, se presenta como el contrapeso al actual Gobierno.
Su perfil es cercano al de la presidenta saliente, la liberal Caputova, que ha puesto trabas a las polémicas reformas del Gobierno.
Los eslovacos elegirán el 6 de abril al sucesor de Caputova, la primera presidenta mujer del país, después de que decidiera no buscar un segundo mandato. La presidenta saliente, que ha demandado al primer ministro Fico por tildarla de «traidora» y de «agente estadounidense», dice que no tiene la energía para continuar por otros cinco años, citando amenazas contra su familia en un período muy polarizado de la política eslovaca.
Caputova expresó su esperanza de que su sucesor «represente bien al país en el extranjero».
Aunque el puesto presidencial es visto como ceremonial, con el poder ejecutivo en manos de Fico, su capacidad para vetar leyes hará que el sexto jefe de estado de Eslovaquia -desde que el país naciera de la disolución pacífica de Checoslovaquia en 1993- tenga un papel clave.
Editado por Lucía Leal