La ultraderecha gana sus primeras elecciones en Austria, pero tendrá difícil gobernar

La ultraderecha gana sus primeras elecciones en Austria, pero tendrá difícil gobernar

El líder del partido ultranacionalista FPÖ, Herbert Kickl (c), celebra su victoria en las elecciones legislativas de Austria, en un acto de su partido este domingo en Viena. EFE/EPA/FILIP SINGER

Viena (EuroEFE).- La ultraderecha logró este domingo una victoria histórica en las elecciones parlamentarias en Austria, aunque el ‘cordón sanitario’ de los demás partidos a su líder hace probable que el gobierno quede en manos de los populares y socialdemócratas.

El partido ultranacionalista FPÖ, de extrema derecha, ganó las elecciones con un 28,8 % de los votos, según el escrutinio casi completado, por delante del conservador ÖVP (populares), que obtuvo el 26,3 %, y del socialdemócrata SPÖ, tercero con el 21,1 %.

«Los votantes han hablado«, aseguró el líder del FPÖ, Herbert Kickl, quien destacó que ese resultado muestra que el país quiere un cambio de rumbo.

El FPÖ -que en Bruselas comparte filas con Vox y con el partido del húngaro Viktor Orbán en Patriotas por Europa– logró así el mejor resultado electoral de su historia, con trece puntos porcentuales más respecto a sus resultados de 2019.

Con un mensaje anti inmigración, euroescéptico, xenófobo y crítico con las medidas tomadas en la pandemia por el actual Gobierno, el partido ha recuperado términos del nazismo, como ‘Volkskanzler’ (canciller del pueblo), empleado por el propio dictador Adolf Hitler, y ahora usado para plantear que su líder sería el canciller legítimo del país incluso si no reunía los apoyos parlamentarios para ser primer ministro.

Kickl, exministro del Interior, ya adelantó durante la campaña que si ganaba las elecciones reclamaría que se le encargara a él la formación de Ejecutivo.

El FPÖ, fundado por antiguos nazis tras la II Guerra Mundial, ha recuperado términos del nazismo, como ‘Volkskanzler’ (canciller del pueblo), empleado por el propio dictador Adolf Hitler, y ahora usado para plantear que Kickl sería el líder legítimo del país incluso si no reúne los apoyos parlamentarios para ser primer ministro.

Sin embargo, el líder de los populares del ÖVP y actual jefe de Gobierno, Karl Nehammer, reiteró al terminar la votación que mantiene su postura «previa a las elecciones», cuando aseguró una y otra vez que no formará una coalición con Kickl al frente del partido ultra.

Una nueva «gran coalición» o un tripartito

Sin el apoyo de los conservadores y con el rechazo tajante de los demás partidos políticos, el FPÖ no podrá formar coalición, ya que cuenta, según los resultados aún no oficiales, solo con 57 de los 183 escaños en la Cámara baja del Parlamento.

Más probable es una «gran coalición» entre el popular ÖVP y el socialdemócrata SPÖ, las dos formaciones que reconstruyeron el país tras la Segunda Guerra Mundial y que sumarían 92 escaños, con un 82,8 % de las papeletas escrutadas, es decir, un solo diputado por encima de la mayoría absoluta.

El ÖVP y el SPÖ tienen una larga tradición de gobernar juntos en llamadas «grandes coaliciones», que en el pasado llegaron a tener mayorías de dos tercios en el Parlamento austríaco.

Andreas Babler, jefe del SPÖ, se mostró dispuesto a iniciar contactos en ese sentido con los conservadores, y también se ofreció a entrar en un posible pacto tripartita el partido liberal Neos, cuarto en los comicios con el 9 % de los votos, y que ya gobierna junto con el SPÖ en la región de Viena.

Al respecto, Kickl argumentó que el resto de partidos tratan a sus seguidores como «votantes de segunda clase» y cuestionó los principios democráticos de sus contrincantes.

El presidente del país, el progresista Alexander van der Bellen, afirmó tras las elecciones que cualquier Gobierno debe respetar los principios de la democracia liberal, como la independencia de los medios, la separación de poderes, la pertenencia a la UE o los derechos de las minorías.

Van der Bellen llegó a afirmar en el pasado que se negaría a aceptar a Kickl como jefe del Ejecutivo, una potestad que le atribuye la Constitución austríaca.

En un discurso, el presidente indicó que en las próximas semanas consultará con los partidos políticos para ver qué proponen y que opciones de colaboración existen, antes de proceder a encargar la formación del nuevo Gobierno.

Para el analista político Peter Plaikner, es poco probable que el ÖVP reedite el acuerdo que cerró con el FPÖ en 2017, cuando el partido conservador estaba dirigido por Sebastian Kurz, quien ese año logró un histórico triunfo electoral con un 37,5 %, atrayendo a muchos votantes del partido ultra.

«Nehammer ha devuelto el partido a sus orígenes«, dijo a EFE el analista, al recordar que los sectores más tradicionales, católicos y rurales del partido sienten un rechazo radical por los ultras del FPÖ.

Plaikner ve más probable un tripartito entre populares, socialistas y liberales -que sería inédito en Austria- que una «gran coalición», y advierte que bloquear la entrada del FPÖ en el Gobierno le permitirá reforzar su mensaje de victimismo y argumentar que los grandes partidos han violentado la voluntad popular.

Por ello, dijo que el nuevo Gobierno tendrá que afrontar los problemas del país, inmerso en una recesión desde hace dos años, y las preocupaciones de los ciudadanos y aplicar medidas constructivas que mejoren la situación.

Las inundaciones, claves en la campaña

El ÖVP, también lastrado por algunos escándalos de corrupción, se fue recuperando en los sondeos al final de la campaña, gracias a la rápida respuesta del Gobierno a las graves inundaciones que afectaron al país.

Con todo, ha sufrido su mayor caída electoral, con más de once puntos porcentuales menos que los resultados de 2019.

Pese a apenas perder porcentaje de votos, el socialdemócrata SPÖ roza el peor resultado de su historia.

«Si se obtienen resultados históricamente malos, no se puede haber hecho todo bien», denunció Kickl sobre la situación de los dos partidos que han dominado la política del país durante las últimas ocho décadas.

Editado por Lucía Leal


Más información:

¿Por qué las elecciones de Austria son importantes para la UE?

Las elecciones de este domingo en Austria son importantes para la UE, ya que podrían dar la victoria a una formación de extrema derecha, euroescéptica y prorrusa cuando el bloque todavía se recupera del triunfo ultra en los recientes comicios regionales en Alemania.